Selva viva

Escucho respirar las hojas.....el vaivén de la vida por su inmenso tallo, me transporto en la savia de vida, que las riegan en su interior ..... y al llegar a la cima puedo sentir el sol rozando cada molécula de existencia.

Interpreto su fuerza buscando en lo profundo, sus raíces húmedas que dan vigor y vida,

sólo en las tempestades las raíces se hacen más fuertes, y al darme cuenta de eso, me pregunto cuántas tempestades a soportado para sentir la existencia.

El tronco es robusto, y observo que en su largo recorrido hasta el cielo hay señales que indican cuál ha sido su lucha por la supervivencia.

Las marcas más bellas descubro, cicatrices de sabiduría, ¡sé que en algunas derramó su sangre y siguió sin angustias!

Sé que esas cicatrices lo hacen más bello, diferente.......... el árbol de la vida.

Me gustaría pensarlo así, pero la verdad es que observo alrededor y está lleno de ejemplares tan magníficos como él, reflexiono y avanzo a quienes lo visitan… qué bella es la mariposa

que sobrevuela delante de mí, amarilla, roja y púrpura.... me cuesta poder recordar mientras la observo, que antes de convertirse en ese extraordinario ser fue una oruga.

Cuántos cambios, cuánta vida pasándose en él soberbio y erguido, cuánto se abre al todo que también es hogar de más de una especie.

El cielo que recubre nuestra existencia.... observador del tiempo, protector del universo

viento que lo hace sentir, en mi cuerpo la magia, de estar aquí disfrutando.....

Sintiendo, que formo parte de él, de la vida que lo contempla desde abajo.

Fundiéndome en cada respiración que realiza la selva.