Hojas secas sobre un banco vacío,
lágrimas que se deslizan sobre una mejilla,
gente paseando, mirando al suelo…
Siempre mirando al suelo
como simples quimeras
observando como cambia la vida,
sin inmutarse, sin involucrarse.
Hojas que caen sobre una vida
que está estática, tal que estatua.
Deja de ser un mimo frente a tú vida,
abre las puertas de tú mente,
deja que tu engarrotado cuerpo
pueda empezar a moverse, a actuar.
Deja que todo lo que pesa sobre tú conciencia
se vaya, se escurra con una de esas lágrimas
que ruedan ahora por la mejilla de ella.