Los ojos mirando a la profundidad de tu ser,
descubren algo nuevo que antes no lograbas ver,
reconocer al otro en uno mismo,
sin prejuicios, sin miedos, sin tapujos,
quererse queriendo al otro,
perdonarse, perdonar,
aceptar errores y reconocerlo,
hacernos mas humanos,
con la pupila clavada en nosotros,
y el espejo reflejando claramente lo que somos,
sin mentiras, desnudos
frente a nosotros mismos,
frente a nuestra mirada
intentando hacerla cada vez más pura.