La noche cerrada, por la ventana la lluvia no deja de caer, tendida en la cama me enciendo un cigarrillo e intento dejar que por mi mente resbalen las gotas que descienden por el cristal.
Cierro los ojos y dejo de oír el murmullo de mi mente, el run run que se hace al pensar demasiado, y pongo alerta mis oídos, empiezo a oír el sonido del silencio. Ya no existe lluvia, ni humo inundando mis pulmones, ya no existe el futuro ni el presente, el pasado no ha existido nunca...
El silencio se transforma en su sonido.... OM por excelencia, me dejo transportar y navego por las letras de la palabra.... fluyo por la cantidad de gotas de agua que recorren todo mi cuerpo, y siento que soy parte de la nada, soy nada. Me convierto en un pájaro y vuelo, siento el aire rozándome entre las plumas, las nuevas plumas de colores que cubren mi cuerpo, siento respirar de nuevo por lo orificios de mi pico, y escucho un sonido, un sonido que se repite..... el sonido del silencio.
Abro los ojos, ¡que sueño tan extraño!, compruebo que el cigarro se ha consumido en el cenicero, no recuerdo en que momento lo dejé allí, pero por lo menos no incendié la casa conmigo dentro.
Abro la vieja persiana y todavía es de noche, otra noche más.... despierta. Me levanto, voy al baño y me lavo la cara, al levantar la mirada hacia el espejo me sorprende la imagen que veo.....soy yo, sí..... pero algo es diferente, mis ojos son más oscuros. las facciones de mi cara están más marcadas, de hecho, parece que mi cuerpo haya empequeñecido, estoy más delgada, eso, por supuesto.... Mi cara refleja un considerable cansancio, provocado por este insomnio que me persigue desde hace meses.
Hoy estoy demasiado derrotada como para volver a perseguir fantasmas por la casa, así que dedicida voy al cuarto a ponerme algo de ropa con lo que salir a la calle.
Continuara…
